Leí las tres entregas anteriores y pensé que la historia quedaba así.
La historia de Brynne, la chica americana que carga una oscura historia y que llega a Londres en busca de una oportunidad de escapar de sus demonios partió un poco lenta a mi parecer, o quizás ya no me sorprendió la trama. La chica linda conoce a Ethan Blackstone, un hombre controlador, fuerte y con muchos recursos, quien viene a poner de cabeza su vida.
Al comienzo fue muy similar a otras historias ya conocidas y pensé dejar de leer, pero soy testaruda y no quise dar mi brazo a torcer. Poco a poco me fui metiendo en esta tibia historia, mucho sexo y conflictos internos de los personajes y además unas cuantas similitudes con la historia de Anastassia y Cristian Grey.
Leí los tres libros, se resolvieron los conflictos y se despejaron las dudas con respecto a la intriga que se formó. Hasta ahí, según yo, la historia llegaba a su fin. Pero no...esto continuaba.
Cuando supe que salía la cuarta entrega, la curiosidad hizo que comprara este libro...maldita curiosidad. Lo leí, juro que lo leí, me costó terminarlo, pero ¡lo logre!
Ahora me pregunto ¿fue la escritora quien decidió continuar esta historia o fue la editorial?...
El cuarto libro se me hizo insoportablemente aburrido con tanta escena de sexo, ya sabía que entre ellos la química y el deseo existía sin poder controlarlo y que ese embarazo que a ellos sorprendió en el libro anterior ( digo a ellos, porque para mi estaba más que claro que ella quedaría embarazada) era lo más maravilloso que le podía pasar a Brynne y Ethan. Esperaba algo más, esperaba algún giro en la historia, pero no...llegué a la última página arrepintiéndome de haber caído ante la curiosidad de este cuarto libro.
Bueno, nada más que decir,si me preguntan por esta cuarta parte, les puedo decir que quizás el 10% que era novedoso podría haber estado perfectamente en el epílogo de la tercera parte.
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